Indudable repercusión pública tuvo la primera marcha del orgullo organizada por el colectivo LGBTI+ en nuestra ciudad. Fue un hito para nuestro medio. Surge una organización de base y puso en escena lo que estaba invisibilizado.

A las reseñas producidas durante el fin de semana, cabe agregar que mencionaron a Lohana Berkins y Diana Sacayan. A todos los asesinados. A los crímenes de odio. Se reivindicaron en su condición, con claridad. Y hablaron de la prostitución, que deben ejercer por la exclusión y la discriminación del mercado laboral.

Hicieron expresa mención de la destrucción de derechos que soportaron durante los cuatro años del gobierno anterior y sostuvieron que este es el momento de la reconstrucción y de la profundización de la lucha.

Hubo un solo momento de tensión, cuando confrontaron con la institución que consideran una herramienta de opresión. Bastaron solo 200 metros de recorrido. Los actores de cada postura se sintieron ofendidos. A pesar de la interrupción por unos minutos, la marcha continuó. A capela. Y por si no les alcanzaba la voz, dejaron estampada en una de las "estaciones" del Lago, en el flamante museo a cielo abierto, la cita de Carlos Jáuregui: "en una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política”. De eso se trató.