Desde hace 22 días en la ciudad disminuyó el ruido, y hasta el silencio ganó terreno en muchos lugares simbólicos del patrimonio local, en este caso Pibelandia, un histórico sitio donde más de cuatro generaciones disfrutaron y aún disfrutan  su niñez. Son 43 años de existencia en la plaza más grande de la provincia de Buenos Aires.

Un día sábado o domingo el sector de más concurrencia, hoy en total silencio , se extraña el ruido de la calesita, niñas y niños correteando pasando de juego en juego, grupos de jóvenes adolescentes compartiendo el mate, familias enteras llegando de otras localidades.

Sin dudas la pandemia cambió el mundo, sin dudas también cambió a los habitantes de Colón. Dicen por ahí que en los barrios es otro mundo, algunos aún no tomaron conciencia de lo que se vive en el planeta.

Los habitantes nos cuentan que no ven la hora de volver a la vida que siempre tuvo la ciudad, aunque seguramente nada será igual y quizás haya muchos cambio en la vida cotidiana tanto en la ciudad como el resto del país y del mundo.

Pibelandia una nostalgia colonense que día a día crece más entre la ausencia y el silencio.